el gran enemigo del Che eran los ideólogos y epígonos de los partidos socialdemócratas y pro soviéticos quienes aconsejaban pasividad ante el "desarrollo de las fuerzas productivas". Ellos argumentaban que los "partidos revolucionarios" deberían promover la "maduración del capitalismo", así posponiendo la acción revolucionaria para una "etapa posterior", ya que la clase trabajadora todavía estaba en proceso de "ser formada". A estas perspectivas reaccionarias, o en el mejor de los casos, "reformistas", el Che planteó varias objeciones y una perspectiva alterna.
En primer lugar, argumentó que mientras el capitalismo podría "avanzar", lo haría explotando a más trabajadores y socavando las mismas condiciones de existencia de éstos. El Che argumentó que el capitalismo, en curso de "desarrollar las fuerzas productivas", estaba profundizando las desigualdades y minando la capacidad de las clases y de las naciones para actuar por sí mismas. Segundo: el Che no veía ninguna razón a priori por la cual trabajadores y campesinos deberían esperar o posponer sus actividades revolucionarias sociales para una "etapa posterior", si ya estaban en su lugar las mismas condiciones de explotación y de miseria, y las experiencias colectivas que hacían posible una revolución. El interrogante para el Che no era un asunto cuantitativo de cuántas máquinas y obreros estaban en su lugar, sino un asunto cualitativo. ¿Polarizaba el imperialismo las clases dentro de las unidades básicas de producción? ¿Caracterizaban las relaciones clasistas de explotación a la formación social? Si así fuere, entonces la revolución no solamente era posible sino necesaria. Hoy está presente la misma dualidad de perspectiva que en tiempos del Che; únicamente han cambiado los nombres y el lenguaje.
Los ideólogos de hoy de centro izquierda argumentan que en esta etapa del capitalismo global, la opción es entre variedades muy diferentes de capitalismo: neoliberalismo(variedad retrógrada) o capitalismo asistencialista (variedad progresista). Junto con su acomodamiento al capitalismo, argumentan que las tareas actuales de la izquierda giran alrededor de "modernizar" la economía, "reformar" el Estado y "descentralizar" el gobierno. Detrás de estas formulaciones generales se encuentra la noción de que la revolución social es imposible, (debido a la globalización, un mantra evocado en la ausencia de poder cerebral), o de que queda pendiente para el futuro distante. Mientras tanto, los revisionistas actuales argumentan que la tarea es colaborar("concertación") con la burguesía "moderna" y con el imperialismo, para construir una economía competitiva, capaz de participar en la economía global y para promover el bienestar del "pueblo".
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