CAPÍTULO V:
Cooperativas: Fundamentación de su gestión económica
La comprensión de la necesidad de una dirección científica de la economía y de un criterio científico para la adopción de medidas prácticas, ha hecho cambiar la actitud de los dirigentes de la economía ante la teoría económica. Entre ellos había quienes se desentendían de los planteamientos teóricos, cediendo el estudio de las ciencias económicas a los “sabios de gabinete”. Ahora, en cambio, los que tienen en sus manos la dirección práctica de la economía se han convencidos cada vez más de la necesidad de que la producción y las ciencias económicas se desarrollen paralelamente y en estrecha vinculación.
Los defectos en la gestión económica cooperativa se deben en gran medida a que el divorcio entre la teoría y la práctica no han sido aún totalmente superados.
La elaboración de las bases de la política económica y la dirección de la economía exige el análisis de los fenómenos concretos y se determinen las vías de utilización de las leyes económicas en cada rama de la actividad. Vemos entonces que es insuficiente la aplicación de determinados métodos para entender los procesos económicos en desarrollo y controlar el mecanismo de la evolución de la economía.
A la vez que se amplían los servicios técnicos en las empresas, será necesario crear la base organizativa de las investigaciones referidas a la economía y a la organización de la producción y del trabajo, aplicando a la producción los resultados de tales investigaciones.
La ciencia económica sólo podrá desempeñar su papel en el desarrollo de la producción siempre y cuando esté relacionada con la práctica.
La dirección de la economía contemporánea exige que se estudien no sólo las bases fundamentales del desarrollo de las fuerzas productivas, de producción y de distribución, sino también las formas, los métodos y recursos que han de asegurar en cada esfera de la actividad práctica y en cada sector los resultados óptimos para las condiciones dadas.
Los principales esfuerzos en materia de planificación deben tener una correspondencia con las necesidades sociales, elaborando un número de variantes de cada plan, para elegir la mejor de ellas, que se apoye en los métodos modernos de centralización y estudio de la información, en los métodos matemáticos de la confección de balances y en el empleo de la electrónica. Aquí es donde se impone la necesidad de criterios comunes, evitando la lentitud con que se ponen en práctica los resultados de las investigaciones económicas.
El factor decisivo para el buen desarrollo de la economía bajo el sistema de cooperación es el crecimiento de la productividad del trabajo social, la elevación de la eficacia de los gastos de trabajo y el objetivo común de satisfacción de la demanda. Si no se conoce la estructura de la demanda de consumo y las tendencias de su variabilidad no se pueden determinar con acierto las tareas de las ramas de la industria que suministran artículos de consumo y productos alimenticios. Sabido es que el principal obstáculo en la estructura de la demanda lo constituye la desproporción entre la producción y la demanda de consumo.
El establecimiento de un sistema de precios exige que se elaboren adecuados únicos de cálculo de los gastos y que se determine el nivel de las acumulaciones y de las ganancias. Es preciso destacar de un modo particular la importancia de estos problemas. Sin llegar a examinar en detalle el complejo mecanismo de los factores que en estrecha dependencia influyen en la política de precios, las finanzas de las empresas cooperativas y el interés material por la elevación de la rentabilidad y la reducción de costos, debe ser motivo de continuo análisis.
Reinaldo José Enríquez Bavio
Reinaldojosenriquezbavio.blogspot.com
rjenriquez1@yahoo.com.ar
Eltabanoguarimbero.
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